Nuestro
país goza de un sistema de salud pública admirable pero que tiene
ciertas taras y gasto de las arcas públicas que lo hacen mejorable,
sobretodo en estos tiempos de crisis. Yo soy de la opinión de que no
es necesario inventar nada nuevo sino copiar los sistemas que ya
funcionan en otros países y adaptarlos al nuestro, claro está. En
nuestro país no podríamos integrar los sistemas de Finlandia,
Noruega ni Islandia puesto que funcionan gracias a que tienen una
población pequeña por lo que lo más sensato sería copiar el
sistema de salud de nuestros vecinos franceses que tienen un tamaño
de población y cultura similar a la nuestra y que es el mejor del
mundo según la OMS (Organización Mundial de la Salud) que lo
clasificó en el primer puesto de sus 191 miembros, basándose en la
calidad de la asistencia médica dispensada.
La
población con cotización y su familia tiene derecho y obligación
de hacerse un seguro de régimen general de la seguridad social.
Las prestaciones que este no cubre puede pagarlas de su bolsillo o
hacerse un seguro privado complementario. Para la población
sin cotización se les adjudica el seguro de cobertura universal
de enfermedad. Además
si alguien tiene su seguro de régimen general pero no puede pagar
uno complementario por tener un salario bajo también tiene derecho
al seguro de cobertura universal para complementar el de régimen
general. De este modo todo el mundo tiene derecho a todos los
servicios sanitarios de forma gratuita salvo si tienen dinero y se
les obliga a pagarse una parte del servicio.
Los
servicios sanitarios de Francia son más amplios que los Españoles.
Se tiene derecho a una cuidadora en casa durante las primeras semanas
después del parto para ayudar con el bebé y los quehaceres del
hogar, existe el telemédico que puede venir a casa a cualquier hora
del día y de la noche hasta por un dolor de cabeza, etc. Y aún así
los gastos sanitarios representan poco más del 10 % del producto
interior bruto (PIB) y aunque está aumentando el gasto en los
últimos tiempos no se ha pensado en hacer recortes si no en crear
organismos de gestionen la eficiencia de la sanidad. Quizás por este
motivo tantos ingleses se mudan a Francia cuando se jubilan siendo el
sistema de salud inglés bueno también.
Aquí
en España no se deberían hacer recortes en la Seguridad Social sino
implantar organismos de regulación del gasto y mejora de la calidad.
Por ejemplo se deberían tener nutricionistas y dietistas en los
centros de salud de modo que se reducirían los gastos causados al
estado por las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la
obesidad. Otro factor importante que debería regularse es la
dispensación indiscriminada de recetas por los médicos, que para un
tratamiento de 3 días te recetan una caja completa de un medicamento
que quedará en el botiquín de nuestras casas hasta que se caduque.
Además para concienciar a la gente del valor que tienen los
servicios sanitarios que se nos ofrecen y que infravaloramos porque
se nos dan gratuitamente, se nos debería dar la factura de los
gastos creados al estado por cada servicio de consulta, operación,
tratamiento, etc.