A
finales del siglo XIX, los movimientos nacionalistas se impusieron en
las provincias árabes del Imperio otomano (donde se empezó a formar
el estado de Palestina entre otros) y en Europa (donde el movimiento
sionista decidió que en el territorio de Palestina, tierra donde se
fundó el judaísmo, era el lugar ideal para la creación de una
entidad estatal judía).
La
comunidad judía, tras varias oleadas de inmigración y aún siendo
minoría, fue obteniendo fuerza y territorios y creando instituciones
autónomas que excluían y discriminaban a los árabes. Por lo tanto
el conflicto y la violencia fue creciendo por lo cual las Naciones
Unidos idearon el plan de dividir el territorio árabe del judío.
Plan que se consiguió tras la Segunda Guerra Mundial. Entonces la
comunidad judía declaró la creación del Estado de Israel, en mayo
de 1948, lo que desató una primera guerra árabe-israelí con los
desconformes estados árabes vecinos.
En
esta primera guerra Israel resistió la intervención árabe, provocó
la salida de gran parte de la población palestina que quedaba y
amplió su territorio más allá de lo previsto en el plan de
partición. Los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza quedaron
bajo control de Jordania y Egipto respectivamente. De esta manera, se
frustró la creación de un Estado árabe en Palestina y la ciudad de
Jerusalén quedó dividida. Además Israel se unió pronto a las
potencias europeas frente al nacionalismo árabe, ganándose su apoyo
político y económico.
Por
motivos de seguridad y de recursos, en junio de 1967 Israel ocupó el
Golan sirio, la península del Sinaí egipcio y los territorios
palestinos de Cisjordania y Gaza.
En
noviembre de 1988 la oposición palestina se había organizado desde
el exterior con la OLP (Organización para la Liberación de
Palestina), la cual declaró el Estado Palestino logrando el
reconocimiento internacional. Desde dentro la Intifada (alzamiento de
la población palestina) causó una profunda conmoción en Israel y
desenmascaró la realidad del conflicto. La situación se hizo tan
insostenible que desembocó en La Guerra del Golfo que creó las
condiciones para que se concrete un marco de negociaciones tutelado.
El proceso de paz iniciado en 1991 abrió una vía de negociación
entre árabes e israelíes y llevó a la firma de un acuerdo y a la
celebración de elecciones en los territorios ocupados.
Hoy
por hoy el conflicto aún está lejos de solucionarse, puesto que
quedan muchos problemas sin resolver como son los asentamientos de
colonos judíos en territorio árabe, la radicalización fanática de
ciertos sectores israelíes y palestinos, el control del agua en la
región, los refugiados y los presos políticos.