Sexualidad en la historia


La sexualidad humana ha variado mucho en la historia. En la prehistoria a los jóvenes se les daba clase de educación sexual. Se han encontrado salas en algunas cuevas con muchas pinturas rupestres en las que se indican posturas sexuales y se encuentran enterrados consoladores tallados en piedra. Las sociedades eran matriarcales de modo que se fomentaba la monogamia. Pero cuando se fueron haciendo más complejas las sociedades se volvieron patriarcales y la poligamia se fomentó.

Para los babilonios la sexualidad estaba basada en una monogamia estricta en la que la mujer era un mero objeto de placer y de dar hijos. El hombre sin embargo gozaba de ciertas licencias ya que era legal tener concubinas. Aunque el adulterio y otros comportamientos sexuales no permitidos, eran castigados con dureza.

Para los egipcios la sexualidad se vivía de un modo bastante permisivo e igualitario, ya que se daba en una relación de igualdad entre hombres y mujeres. Al igual que los babilonios dentro del matrimonio también eran monógamos y se esperaba de la mujer fidelidad y entrega a la crianza de los hijos. Pero se gozaba de cierta libertad sexual en la soltería, incluso se permitían las orgías y la prostitución pero solo la “sagrada” que era llevada a cabo por unas prostitutas-sacerdotisas institucionales y que los babilonios acabaron adoptando también. Para los egipcios el incesto sin embargo estaba permitido, siendo frecuente en las familias reales, sobre todo los matrimonios entre hermanos.

Los griegos conocían la importancia de tener una sexualidad plena y educaban a sus niños en el conocimiento de las funciones sexuales. Aunque también hacían culto a la virginidad, representada por la diosa Artemisa. En su cultura la belleza era una símbolo de adoración y admiración por lo tanto admirar la belleza de una persona joven ya sea hombre o mujer, era algo artístico y sublime. De modo que la homosexualidad masculina y femenina estaba completamente aceptada, de hecho se sobrentendía que cualquiera pudiera tener idilios con jóvenes (hombres o mujeres).

El imperio romano duró muchos siglos, así que la concepción del sexo varió con el tiempo. En una primera fase el modelo familiar era patriarcal y la mujer ocupaba un lugar insignificante. Antes de casarse era una esclava en el hogar paterno, y tras el matrimonio, que era decidido por los padres, pasaba a someterse al marido. En una segunda etapa las guerras por la extensión del imperio separaban a los maridos de sus familias de modo que el núcleo familiar se fue rompiendo y se empezó a buscar la sexualidad fuera del matrimonio. En la última etapa la decadencia del imperio llevó a que en la sociedad la sexualidad se llevara hacia los extremos. Por un lado los excesos sexuales, el desenfreno, el adulterio y la prostitución, y por otro movimiento que promueven la abstinencia sexual y valores como la virginidad y el sexo sólo dentro del matrimonio. La homosexualidad entre hombres no estaba mal vista y los divorcios se consideraban como un trámite más dentro de la vida diaria en Roma.

Con la caída del imperio llegó la edad media donde la Iglesia consolidaba su poder. En esta época aparecieron los famosos cinturones de castidad, y se hicieron evidentes muchos problemas sexuales, por lo que la Iglesia para reafirmarse refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco dando origen así a la Santa Inquisición.

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días la sociedad se ha abierto más al sexo, la religión sigue influenciando a ciertos grupos sociales. Así que existe una amplia gama de morales sexuales en nuestros días.