Las
plantas no pueden desplazarse cuando el ambiente cambia o son
atacadas como hacen los animales, pero han resuelto el problema con
un sistema de comunicación química entre ellas que les permite
anticiparse al ataque o estrés.
Un
ejemplo típico es el de una acacia de la sabana africana que cuando
los herbívoros comen de sus hojas la planta produce una toxina en
estas, de manera que cuando hay pocos herbívoros las hojas tienen
pocas toxinas pero si hay demasiados las hojas son muy tóxicas y
matan a parte de los herbívoros regulando la población de estos. Lo
curioso es que las acacias cercanas que no han sido atacadas por los
herbívoros aún también aumentan la toxicidad de sus hojas. Esto se
debe a que la planta atacada emite ciertas sustancias volátiles que
llegan a través del aire a las demás plantas y estas se preparan
para el ataque.
Este
fenómeno de comunicación entre plantas se ha identificado en
muchísimas especies distintas. El código químico es distinto para
cada especie, es decir, que cada especie de planta tiene un idioma
distinto, sin embargo sí que hay entendimiento en algunas ocasiones
entre ciertas especies distintas.
Las
sustancias químicas que usan para comunicarse se llaman
aleloquímicos, son hormonas o sustancias semejantes a hormonas que
son emitidas por las hojas o raíces y se transportan por el aire o
el agua. Estas sustancias se detectan mediante complejos aparatos
pero en ciertas ocasiones nosotros podemos detectarlas por el olfato,
como el olor a pino de los pinares que es el mensaje de ataque de
herbívoros y hace que los pinos aceleren la producción de nuevas
hojas.